DENISOVANOS Y AUSTRALIA

DENISOVANOS Y AUSTRALIA

2013-M. Rosúa

Lograron sobrevivir en el desierto rojo

Lograron sobrevivir en el desierto rojo

 Desde mi primera visita a Australia, los aborígenes australianos me parecieron, por su extrañísima morfología, la rama de una antigua y aislada especie del género homo, hostigada quizás por neandertales y cromañones hasta arrinconarla en el inhóspito corazón de Australia, a la que en tiempos se pudo acceder por las bajas aguas del sudeste asiático. Por supuesto, la censura de la corrección sociopolítica y el pensamiento fácil (que hacen de la era de los múltiples mensajes y la omnipotencia comunicativa una época con menor libertad que sus cercanas vecinas temporales) impedía expresar lo que era evidente a la lógica y a los ojos. Términos como raza, subdesarrollo, regresión y

Ayers Rock, en el centro de Australia

Ayers Rock, en el centro de Australia

atraso han quedado estigmatizados, marcados con el peor hierro por la asociación con el nazismo, por el buenismo relativista y por el progresismo de la comida rápida intelectual y la lucrativa sociología del tópico. El burgoprogre no quiere conflictos sino fotos, y se complace en la visión de un mundo mosaico de culturas equivalentes por decreto. La neurona por un extremo capitaliza y consume y por el otro excreta de manera automática, sin digerirlos, incómodos juicios de valor, implicaciones, contradicciones y palmarias evidencias.

Olvidados por el tiempo

Pero ahí estaban, inasimilables e inasimilados a civilización y progreso, moviéndose y emitiendo sonidos sin parangón alguno con gentes del resto del planeta, de unos rasgos inquietantes por lo ajenos a los de otros grupos humanos,  recluidos, tras varios experimentos de integración, en reservas por el gobierno australiano, alejados desde hace décadas de la representación clara y cercana en fotografías, de forma que hay que recurrir al material gráfico de los pequeños museos locales para examinar en fotos de hace décadas, previas al rodillo de la censura, el aspecto de esos seres que despiertan de inmediato en el intelecto la interrogación sobre su nicho en el árbol de la humanidad.

Pequeña vida en el desértico interior australiano

Pequeña vida en el desértico interior australiano

El descubrimiento de los análisis genéticos del ADN está obligando a trazar un mapa genealógico, migratorio y cronológicamente fiable. La aventura de la especie pasa por múltiples ramas, desaparecidas en su mayoría pero en algunos casos persistentes. Han hecho falta los huesos del dedo de una niña encontrado en una cueva de Denisova, Siberia, para desvelar, en un reciente análisis, la existencia de una nueva especie de homo, los denisovanos, distinta de los neandertales y de los sapiens modernos. Vivió hace entre un millón y cuarenta mil años (lo que es un margen de vaguedad excesiva), coexistió con las otras dos y se dispersó por áreas diferentes a las de aquéllas. Cazaban, usaban artefactos, y el rastro de su descendencia se encuentra actualmente en Papúa Nueva Guinea, Australia y Melanesia, poblaciones que presentan entre un cuatro y un seis por ciento, al parecer, de material genético de los homínidos de Denisova.

Australianos primeros y segundos

Australianos primeros y segundos

Esto es lo que hasta ahora se ha dicho, y se ha dicho muy poco. El tema es terreno minado, espinoso, peligroso para los científicos, que se arriesgan a la hoguera de los inquisidores modernos, y es en extremo incómodo para el ciudadano medio, amante del pensamiento predigerido y marcado con las etiquetas de bien y mal.

Y es una puerta abierta a la que ha sido, y es, la única alternativa real en la evolución y la mejora de los humanos desde sus comienzos: la necesidad de adaptación al proceso y ambiente, el cambio, el imperativo del trabajo y el mantenimiento de sí a través del propio esfuerzo. El caritativo parque temático alimentado y cercado con fondos públicos prolongará algún tiempo, sin mejorarla ni mejorarlos, la existencia de los denisovanos y, carentes del impulso de la obligación vital, la lucha para la supervivencia, la opción individual

Australia Oeste, el principio y el fin de la Tierra.

Australia Oeste, el principio y el fin de la Tierra.

con sus gratificaciones y sus riesgos, se irán hundiendo, como en las fotografías, en el borroso limbo de las especies protegidas.

M. ROSÚA