LA ESTAFA DE EDUCACIÓN (2)


LA ESTAFA DE EDUCACIÓN (2)

M. ROSÚA

 El peor fracaso escolar, resultado ya de la reforma, es no saber. Llueven presiones del MEC para ocultarlo en las estadísticas.

 Las primeras víctimas del fraude de Educación son los profesores. Los que fueron agregados y catedráticos son ahora un colectivo amedrentado, sometido cada día a una nueva y ridícula humillación burocrática del MEC, sabedor de su indefensión como funcionario ante la arbitrariedad abusiva del Gobierno. Éste emprendió hace años, con el apoyo de CCOO y UGT, todo tipo de medidas para anular los méritos objetivos de antigüedad y titulación y reemplazarlos por criterios manipulables. Así, se ha colocado a los maestros de Básica y FP, colectivo numeroso que resultaba rentable en votos, en niveles de Enseñanza Media que no les corresponden, y se ha enviado al profesorado de Medias a dar clases de asignaturas que no son las suyas a edades que no tienen nada que ver con su preparación, perjudicando al alumno y atropellando al profesor sin por ello dignificar al maestro. El grado de apatía, desmovilización y de temor frente al poder a que se ha llegado en el profesorado no tiene precedentes. La reforma, en franca huida hacia delante, multiplica las amenazas, las mezquindades burocráticas, los rosarios de tópicos, como las setenta y siete medidas ministeriales (número apocalíptico y “probablemente de postrimerías”) y la vomitiva jerga de “destrezas”, “curricular” y “motivación”.

No podía faltar el recurso populista en un país cuajado de clanes sociopolíticos que se reparten dineros y prebendas, cuya consigna ha sido el enriquecimiento rápido y el máster en EE UU, se ha presentado a catedráticos y funcionarios de a pie que cobran doscientas mil pesetas mensuales como una élite privilegiada. El Gobierno ha ofrecido vastas guarderías de adolescentes incómodos a una sociedad sin puestos de trabajo, sin plazas de FP, sin tiempo ni ganas de ocuparse de niños y con las tasas de natalidad y las ayudas familiares más bajas de Europa.

El peor fracaso escolar, resultado ya de la reforma, es no saber. Llueven presiones del MEC para ocultarlo en las estadísticas. Atrapado entre las asociaciones de padres –a las que se han dado competencias desmesuradas que implican intromisión en terrenos académicos- ,los unilaterales derechos de los alumnos, la Administración sólo atenta a la imagen y la inspección, transmisora de las consignas del MEC, el profesor que suspende es un tiranosaurio o un kamikaze. Los alumnos ni saben ni se esfuerzan, la facultad de la memoria se ha perdido, los centros son guarderías hasta el paso a esas otras que son la Universidad y la calle. Que se estudie filosofía o griego, que se reemplace al catedrático de Química por el maestro de gimnasia importan poco. A fin de cuentas, el futuro de los españoles en la CE es de hostelería y servicios.

El fraude más grave del sistema reside en su carácter antidemocrático, en la sustitución del progreso por su caricatura. La igualdad del “diplomas para todos” no es la de oportunidades, sino la adaptación forzada al mínimo común denominador. Perdida en a enseñanza pública la reputación de eficiencia y calidad, se huye de los colegios estatales, más aún de los centros integrados, y en breve de los institutos. Se prefiere sacrificarse y pagar las elevadas mensualidades de un centro privado, porque resultados, ambiente y disciplina son mejores y los diplomas ofrecen credibilidad. Lo gratuito estatal se ha hecho malo al mismo ritmo que la reforma, y la igualdad de derechos y oportunidades es una ficción.

El alumno que estudia se ve obligado a mantenerse al bajo nivel general; el que vale no encontrará la calidad que legítimamente le corresponde; al estudiante de familia de modesto nivel económico y cultural se le roba su única oportunidad de contacto con materias básicas para la formación y el razonamiento, como latín o filosofía. Los diplomas son expedidos para aparentar un logro político. El bajo nivel empujará al abandono de la enseñanza estatal gratuita, que debía ser buena y ser para todos, y va a quedar como el reducto degradado de los que no puedan pagarse otra.

El fracaso de España es mayor de lo que se cree. Y no es sólo escolar.

(Este artículo, continuación de la primera parte del mismo título, apareció en Tribuna Abierta, página 13,  de opinión, del diario YA, el 1 de Noviembre de 1994.

YA, diario desgraciadamente desaparecido, de confesión católica, mostró una amplitud de criterio, tolerancia y voluntad de acogida y exposición de opiniones diversas que contrastaban con el sectarismo creciente y tribal del periódico y grupo de información  y propaganda ya claros portavoces del partido en el Gobierno, al que se deben la LOGSE y la destrucción de la buena enseñanza pública española).