11/24/20

SOLOS ANTE EL PELIGRO

Solos ante el peligro.

(“High Noon”, 1952-Director Fred Zinnemann)

Gary Cooper terminó apresuradamente su testamento, lo dobló y lo introdujo en un sobre junto con las páginas que había escrito anteriormente y que le habían retrasado en la declaración somera de sus últimas voluntades. Solo en la muy solitaria oficina del sheriff y forzado a serlo de nuevo para así morir en las que debían ser las pocas horas que le quedaban de vida, dudó entre dejarlo sobre la mesa o metido en el cajón. Ya no tenía tiempo de entregarlo a un notario, que probablemente lo rechazaría para no comprometerse, o al juez, que había huido del pueblo. Incluso, con esa rapidez con la que foguea el pensamiento cuando es inminente el final, se le ocurrió que podía haberlo hecho llegar a alguno de los periódicos del norte, lejanos del temor a los asesinos. Todo era ya inútil. Iban a matarle, en las mismas calles que había defendido, junto a la insignia, carteles y los escasos libros de leyes y Declaración de Derechos que tal vez aventara en breve algún incendio.

Sentía no haber podido redactar con más detalle y pulcritud su testamento porque quería dejar, junto con sus escasos bienes, testimonio de su amor sincero a Grace Kelly, con la que acababa de casarse y que podía ser su nieta. Pero necesitó fijar antes por escrito su incomprensión, su aflicción, su duda hincada en lo más hondo, respecto a los principios de democracia, libertad, dignidad, igualdad, justicia en los que había creído y que se habían ido apagando uno a uno durante su peregrinación denunciando la llegada de los asesinos, a los que, con aplausos del pueblo todo, donde habían sembrado el terror, había detenido, hecho que se juzgaran y que habían sido condenados. Gozó durante cuatro años del reconocimiento y alabanzas de los vecinos, se disponía a dejar la pistola y gozar del merecido reposo de un trabajo pacífico y de una tierna y bellísima esposa. Hasta que los cuatro asesinos, amnistiados, llegaron para consumar su venganza. En su larga peregrinación buscando ayuda nadie, ni uno solo, se prestó a acompañarlo, a arriesgar, como él hizo tantas veces, su vida pare defenderlo. Repasó, en esos minutos finales, su peregrinación por el pueblo.

Gary, vamos juntos, releyendo esas páginas en las que plasmaste tu perplejidad ante la flagrante contradicción entre realidad y principios. Descubriste, como aquí hoy, que bajo lo que parecía sagrado, benéfico, inamovible, Democracia, decisión mayoritaria, pueblo, comunidad, paz social, podían esconderse las mayores indignidades, las peores cobardías, las colinas de cadáveres abandonados y de absurdos e injusticias silenciados, aceptados, asimilados con el alborozo de quien espera que la bala y el puño del que manda pasen junto a él y no le toquen. Descubriste, también, que la democracia podía ser eso: Un pueblo entero que te mira pedir ayuda y se calla mientras sólo resuenan los clavos del que será tu ataúd. Lo es, como lo es igualmente el país silencioso en el que, aprovechando una epidemia, el Parlamento no es sino ausencia y nóminas. Te miraron inútilmente en la iglesia, les hablaste. Se inhibió el párroco. Ninguno te acompañó a la puerta. Tampoco en la sala de la supuesta y moderna representación democrática impidió ninguno que se dictase, por el dictador con aspiraciones de totalitario, la imposibilidad de control legal, de manifestaciones, de oposición al absurdo, al reparto a trozos de país y presupuesto, de rebelión contra la imposición forzada de normas de servidumbre y patentes de aprovechamiento a la medida del  grupo en el poder. Gary, viste salir gozosos a los niños de la iglesia, pasaste frente a la escuela, donde aprendían en inglés, lógicamente. En otro lugar lejano pero semejante alguien ve con estupor como en las escuelas se ha prohibido el uso de la lengua propia, la del país, en fenómeno equivalente a si el inglés se prohibiera oficialmente en Gran Bretaña o Estados Unidos. Y el solitario testigo observa atónito como la inmensa mayoría del país calla, se avergüenza de sí y contempla impasible la destrucción de su patria. Gary, al menos el párroco de tu pueblo no animó a su rebaño a protegerte pero tampoco se decantó por los asesinos. En el país lejano párrocos y laicos los han apadrinado, han alabado sus ritos de sangre con cálices que no contienen la consagrada, los han paseado en triunfo hasta sentarlos en la sede del Gobierno. Tu pueblo, cobarde, era mejor que el nuestro. De casa en casa, de vecino a vecino, pediste ayuda a hombres escondidos en el dormitorio, tras el mostrador de la tienda, afanados en limpiar la barra del bar en espera de la la celebración del crimen por los asesinos generosos. Pero era un pequeño pueblo, no millones de cobardías sumadas hasta hacer el aire sin libertad ni dignidad irrespirable. Tú peregrinaste solo, convencido quizás al principio de que los elementales dogmas de que la razón asiste a la mayoría y de que cuanto se presenta como democrático es intachable eran ciertos. Descubriste hasta qué punto no lo son, que, finalmente, la dignidad de los propios actos, de la solitaria defensa de la verdad, la justicia y la libertad, es lo único que existe y que vale, pese a todo, la pena, un supremo bien del que nunca gozará quien no lo mire, y se mire, de frente y pague su alto pero inestimable precio.

Gary, tú eres eterno, lo llevas siendo desde tu primera aparición en ese pueblo. Eres la soledad y el desconcierto ante la injusticia, el error y el abandono cobarde de la mayoría. Y eres la esperanza en lo único y tan olvidado que merece crédito y avala, en el fondo de la Caja de Pandora, la esperanza: la responsabilidad individual de los propios actos, la decisión final, tan solitaria como el nacimiento y la muerte, de vivir honradamente o no la existencia, de detenerse ante la línea roja inconfundible que marca la frontera de la vileza del aprovechamiento, del daño causado a otro para beneficiarse, del mal favorecido por omisión, del oscuro rencor ante la valentía y la grandeza ajenas. Tú hubieras despreciado, sin mirarlos a los que se protegen en la cárcel de las falsas dualidades izquierdas/derechas, conservadores/progresistas, buenos/malos. Sabías perfectamente que las cazas de brujas, en países comunistas con el resultado de muerte, en otros con la oportunidad a los mediocres de aislar y denunciar a compañeros, son repulsivas de por sí, no por ideales aludidos.

Paseamos hoy, solos, por las calles de tu pueblo.

Rosúa

04/23/20

POLITICAL ASYLUM. OPEN LETTER FROM MADRID

https://www.elrincondecasandra.es/carta-abierta-a-casi-todos-los-gobiernos-del-mundo/From Madrid, but urbi et orbi and sine die

Open Letter asking for political asylumhttps://www.elrincondecasandra.es/siempre-hoy/diario-de-la-pandemia-madrid-2020/

to (almost) any country in the world,

From a country, Spain, where citizens’ life and freedom are at risk, in great danger and extreme uncertainty. This is so no just by epidemics tragedy all over the world, but mainly because in this country right now its Government itself is a real deadly plague. Danger concerns anyone and specially aged people. Spain has had, so far, more than twenty thousand (and that could be up to thirty or even more) deaths, 0,43 % of population affected, which means to be in the very top of the world, the highest rate of health workers with virus because no protection provided by the State, and the whole of citizens living in confinement at home more time and in more harsh way than any other in Europe. Big demonstrations where allowed on 8th March, when the coronavirus was already in full swing, because the main official concern is propaganda. Prospects about when and how to have back the normal, free and democratic existence are none. Forty days in home-jail, in Alarm Status that lets no room for protests and keeps people in fear, silence and helpless under the worst Government they ever have had. They are dying every single day by hundreds. Seniors by thousands, lonely and abandoned in nursing houses or at home. Many, being aged, couldn’t get proper care in hospitals because there is triage and, having no means to deal with all, they are supposed to choose the younger ones.

May those Spaniards, at risk of their life and being denied any freedom, apply for political asylum if they prove not to be affected by the virus? They do need to flee from Spain, which has become a very dangerous place, and they are in desperate need of acceptation in U. K., in New Zealand, in Germany, in any country who refuses the selective elimination, which could have happened in Spain. They do need awfully to get in a nation which has respect for every human being’s life and rights, equally, with no regard of their birthdate. An enormous number of people have passed away in nursing homes, in appealing conditions, or all alone at home. Everyone fears to be chosen after their supposed life expectancy, deciding then if the person is worthy of help to breath or just good to die.

The extend of this catastrophe has nothing of casual. It comes straight from the Government’s improvidence, lousy management, fanaticism and incompetence, and from their thirst of propaganda and of remaining in power at any price. By the by, many senior people were possibly not going to vote them. The Alarm Status means endless situation of no rights, no freedom, maybe in the future, if allowed to step out, social selective discrimination with tags and shades (which colour for stars in the clothes?). It is so easy to push public opinion, neighbours, against aged people pointing at them as plague bearers. Government loving totalitarian systems, as they have already showed enough, needs scapegoats, whistle-blowers, public guilty.

We need help, human and honest Government, any place. We need to flee the selective triage and the lost of all dignity, respect, rights and freedom, besides life itself. When and how to apply for asylum?

Rosúa